Amanecer

Suena la alarma, mis ojos  somnolientos  saludan un nuevo día, aparto las sabanas sin oponer  resistencia, la calidez del agua en el cuarto de baño reconforta mi cuerpo ante el frió reinante que azota mi piel.

Me visto rápidamente, gorro, guantes, chaqueta, y mi bicicleta que espera por un nuevo viaje.

Había olvidado lo bien que se siente pedalear , la brisa azotando suavemente el rostro congelando las mejillas , reír al sentir la humedad de mi respiración atrapada en mis pestañas , esa extraña mezcla entre felicidad y cansancio , me hace suponer que en cualquier minuto estas  lagrimas inundaran mis ojos.

Y comienza todo, como cada día, tengo el disfraz perfecto, soy una mas como ellos, lo único visible es mi rostro, si dan de lleno con el.

A este lugar llegan miradas tristes, preocupadas, otras desorientadas, unas cuantas presas  del apuro,  y medias dormidas, llegan manos nerviosas que se estrujan entre si en cada palabra pronunciada, llegan unos cuantos saludos cordiales, y descubro en cada uno de ellos .la sorpresa de verme allí en ese lugar en que solo hay hombres.

Increíble me resulta que solo vasta decir buenos días y sus rostros cambian, la mirada se endulza, y los ojos se relajan, de pronto  nace una sonrisita y detienen por unos segundos su loca carrera, doy las gracias y ellos a mi, y así desaparecen entre el trafico y los semáforos, entre tantos automóviles y bocinas que no dejan de sonar.

Todos corren presos del tiempo, observo mi reloj y verifico; ya es hora, el amanecer camina a paso firme, y logra conquistar la cordillera de los andes, me quedo absorta, perdida en la magia de ver como se derraman los tenues rallos, deslizándose rápidamente llegando a embargar de emoción mi alma.

OoooObservo a quienes me rodean y por mas que trato no comprendo, por que para todos es mas importante llegar puntual al trabajo y se pierden un segundo que jamás volverá, si pudiera detener el tiempo y que cada ser tuviera la oportunidad de apreciar como el sol irrumpe en nuestras vidas con  toda esa belleza, quizás abundarían las sonrisas, y brillarían mas ojos, quizás se contagiarían de  dulzura

Cada día trabajado recibo el mismo pago y pienso, que  aun teniendo todo el dinero del mundo, aun así no me alcanzaría para pagar  tanta belleza en cada amanecer